viernes, septiembre 18, 2009

Un tiempo devocional...

El coro dice: “Estrella de la mañana te quiero ver”.
¿Sabías tú que hay una estrella que sólo se puede ver en la madrugada? Esa estrella no la puedes ver en la noche, ni en el día, sólo en la madrugada. La Biblia dice que Jesús es la estrella de la mañana, y aunque estoy consciente de que al Señor lo puedes ver en otras horas del día, no puedo evitar pensar en la importancia de ver a Jesús en las mañanas. La palabra dice: “Yo amo a los que me aman y me hallan los que temprano me buscan”
¿Que diferencia hay en buscar al Señor en las mañanas a diferencia que cualquier otra hora del día?
El buscar a Dios en las mañanas implica dar al Señor las primicias de nuestro tiempo.
El que decide buscar al Señor por la mañana le está diciendo: Tú eres más importante que todas las cosas que haré en este día. Tú eres mi prioridad, tú eres mi primera cita.
El buscar a Dios en las mañanas implica cierto nivel de esfuerzo y sacrificio. Para mí, como para la mayoría de las personas, el levantarse temprano requiere un esfuerzo adicional, especialmente en el invierno cuando nuestro cuerpo se niega a levantarse y enfrentar el frío, y cuando la cama nos invita a permanecer dormidos.
El que se levanta temprano le está diciendo al Señor: “Estoy dispuesto a incomodarme por ti” “Tú eres más importante que mi confort”.
El buscar a Dios por las mañanas te ayuda a darle una perspectiva más espiritual al día. Alguien dijo que la oración debería ser la llave con la que abrimos el día y el candado con el que cerramos la noche.
Escrito por Jesús Adrián Romero
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Bendito Jesús..

Coalo Zamorano

viernes, septiembre 11, 2009

Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados...

Felices los que ante el sufrimiento propio o ajeno
No tiran la toalla, ni se dan por vencidos.
Felices los que no se quedan paralizados en su dolor
y se mueven buscando consuelo y medicina.
Felices, si frente al dolor acuden a la oración, mirando la cruz,
mientras luchan a brazo partido para ganar la batalla
Felices los que gritan, sudando sangre,
en su Huerto de los Olivos – cada uno tiene el suyo - :
“si es posible pase de mí este cáliz”
y añaden,mirando al Padre,
“pero no se haga mi voluntad sino la tuya”
Felices los afligidos si tienen una esperanza
infinitamente mayor que su aflicción.
Felices los que sufren, si en medio de su dolor,
no recubren con escamas su piel,
y dejan que los acaricien y consuelen.
¡ Sereis consolados !
Felices si no os avergonzais
cuando las lágrimas surcan sus mejillas.
Felices si lloran y se afligen, pidiendo perdón,
por los pecados cometidos.
Felices si habeis aprendido a llorar con los que lloran
y felices, también, si lloran y nadie enjuga sus lágrimas.
Bienaventurados y felices si no ven el sufrimiento ajeno
como castigo de Dios, sino como invitación y llamada
a la ayuda solidaria, para convertir este valle de lágrimas
en un prado verde de alegría, hoy y mañana.